martes, 17 de noviembre de 2009

domingo, 15 de noviembre de 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

RETOS DE LA EDUCACION

La educación del siglo XXI debe replantear su misión y visión. El mejorar y expandir la ciencia educativa es un mandato y una necesidad. Implementar su cambio es más complicado dado que esta disciplina está en continua evolución, es dinámica y continuamente está incorporando nuevas prácticas y conocimientos. Pero sobre todo, el mayor reto es el de ayudar, apoyar y guiar al individuo en la necesidad de apropiarse del conocimiento.

Los saberes, hoy en día, están a disposición de todos pero éstos, infortunadamente, son cada vez más especializados. El individuo debe prepararse para comprender y explicar cómo funcionan las cosas, cómo se conectan los saberes. El conocer es continuo e interactivo; por lo tanto, los procesos de enseñanza-aprendizaje deben serlos también. ¿Estamos realmente preparando a nuestros estudiantes para enfrentar su mundo laboral?, ¿Se requieren nuevas prácticas o saberes para ellos? ¿De qué forma y en qué podemos los docentes actualizarnos para apoyar el proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes? Las innovaciones tecnológicas han creado un sinnúmero de oportunidades a los docentes para aprender y actualizarse. Mediante su uso ya son muchos los docentes que han aprendido a implementar y mejorar sus procesos de enseñanza y práctica educativa y han puesto su conocimiento al alcance de todos. Pero, ¿están éstos alcance de sus estudiantes?

El estudiante de hoy en día plantea un reforma a nuestras prácticas educativas en cuanto la información que se le da, cómo y cuándo se le imparte. Los estudiantes no sólo tiene otras habilidades y sueños sino necesidades muy diferentes a las que nosotros enfrentamos. El trabajo de la educación debe ser compartido con aquellos a quienes va dirigida. De ello depende su éxito. El conocimiento en este momento debe ser construido por los integrantes que participan en este proceso. Esto puede ser posible y una experiencia exitosa con la mediación de la tecnología y abordada desde las diferentes teorías pedagógicas.

Cada día se hace evidente que los jóvenes de hoy en día requieren habilidades intelectuales de mayor nivel: una sólida capacidad para la comunicación, conocimiento sobre recopilación de información y análisis, habilidad para las relaciones interpersonales, así como para el aprendizaje, creatividad y pensamiento crítico (Poole, 1999). Por lo tanto, los esquemas tradicionales educativos que provienen del siglo XIX que aun caracterizan nuestras instituciones y prácticas debe ser eliminada. Si el objetivo es enseñar a los jóvenes lo que se hace en el mundo real, es evidente, que este conocimiento no se va a transferir y construir en los ambientes de aprendizaje actuales y menos bajo las circunstancias actuales en las que el individuo está completamente inmerso en la tecnología, cuya mayor ventaja es la de conectar al individuo con su realidad.

Mantener el control es uno de los grandes retos para los docentes; sin embargo, ¿quién tiene el control? El gran reto debe ser cómo incorporar a nuestros estudiantes a nuestra clase, cómo convertirlos en agentes activos y constructores de conocimiento. El salón de clase debe dejar de ser ese campo de batalla en el que hay un ganador si apruebas los exámenes. Cada vez es más urgente que el estudiante comience a experimentar su realidad y enfrentarse a situaciones que el mundo laboral enfrenta en esta época; no sólo porque lo más probable es que cuando este individuo salga al mundo laboral, el trabajo para el cual ha sido preparado ya no exista sino porque de otra forma nunca alcanzará la competencias necesarias que aseguren su supervivencia y la de la sociedad, frente a unos problemas que no son suyos pero que debe, de cualquier forma, enfrentar.

Por otra parte, los estudiantes de hoy no son estudiantes pasivos; son jóvenes sociales, impacientes, que requieren interactividad y experiencias, entre otros (Bullen, M. 2009). El ignorar estas cualidades de nuestros estudiantes, los excluirá del mundo que los rodea y no les permitirá ser ciudadanos productivos ni conservar la sociedad a la cual pertenece.

Oliver Wendell Holmes (1809 – 1894) dice, “La mente que se ha expandido por una nueva idea nunca regresa a su dimensión original” (Citado por Poole, 1999). Ciertamente, el reto es enorme. Pero está en manos de los educadores promoverlo. El estudio y la práctica reflexivos de su práctica pedagogía deberá no sólo mejorar su práctica sino también le mantendrá una actitud abierta hacia ese mundo cambiante que viven sus alumnos y, le aportará las herramientas necesarias para integrar esos cambios a su práctica laboral; como resultado, lograr la formación integral del hombre.

REFERENCIAS

Bullen, M (2009). Tomado el 30 de octubre de 2009 de http://www.slideshare.net/markbullen/elearning-vio-viejo-botella-neuva
Poole, B. (1999). Tecnología Educativa. Educar para la sociocultura de la comunicación y del conocimiento. McGraw Hill, España.

martes, 3 de noviembre de 2009

Moviéndome hacia E-learning

Sin el ánimo de excusarme por mi baja participación en el curso o de criticar la metodología utilizada, esta semana me he estado cuestionando varios asuntos que han surgido durante el curso, y que me han hecho cuestionar mi práctica docente en esta modalidad. Estos asuntos van desde abarcan el rol del facilitador, el estudiante y el mismo proceso que conlleva el aprendizaje en línea.

Necesito partir evaluando la premisa que una de las grandes ventajas de esta modalidad de estudio es el tiempo. Si bien esta modalidad permite a sus participantes tener acceso en cualquier momento a los contenidos y actividades propuestas, y dedicar la cantidad de tiempo que cada participante necesite para lograr los objetivos personales, es para mí una de las grandes limitantes para alcanzar los objetivos (los propuestos por el programa, el facilitador, los compañeros, o el propio integrante). ¿De qué depende este manejo de tiempo? Para mí, son muchos los factores que influyen en el manejo de tiempo entre los cuales se pueden incluir el tutor o facilitador, el estudiante, las actividades propuestas, la metodología, etc.

Tomemos las actividades propuestas por el tutor en primer lugar. ¿En qué medida está el tutor realmente consciente del tiempo que requiere los integrantes del curso para cumplir las actividades que estima llevarán a sus estudiantes a lograr los objetivos que inicialmente se planteo para el curso? Creo que la primera falla de un curso en línea está en no contemplar y tomarse la molestia de realizar todas y cada una de las actividades propuestas para el día, la semana, el mes – o como se haya organizado el curso. ¿Cómo estamos midiendo el tiempo que cada integrante debe tomar para realizar dichas actividades? ¿Nos estamos tomando la molestia de realmente leer ese artículo, ver ese video, y sumar los tiempos que les tomará a los integrantes del curso realizar las diferentes actividades propuestas? Me hago esta reflexión porque esta queja es muy frecuente entre mis estudiantes. “Profe, es que el tiempo no me alcanza”, me decía el otro día un estudiante quien hacia una comparación con el curso anterior a este. ¿Qué cambio? Este semestre decidimos incluir un descriptor de actividades en las que se incluyen las actividades mínimas que los estudiantes en un curso presencial deben realizar. Es decir, para mí, el mínimo de trabajo para mis estudiantes en modalidad virtual está establecido por el número de actividades que debe cubrir un estudiante en modalidad presencial. ¿Es ésta una medida justa frente a la dificultad que ya implica no tener un guía permanente? Adicionalmente a las actividades planteadas por el planeador, solicitamos a los participantes participar en foros, publicar un ensayo, contestar las evaluaciones valorativas de lectura o escucha, etc. (vale la pena aclarar que se trata de sólo una, máximo dos, tareas por semana). Si bien no pedimos a nuestros estudiantes sus anotaciones o mostrarnos evidencia de lo realizado durante la semana (trabajo que muy pocos realmente hacen), es muy curioso que los estudiantes sientan el curso más pesado que un curso regular. Creo que se hace necesario en cualquier actividad que se proponga dar los tiempos estimados que el estudiante debe tomar en dicha actividad, mas no con el ánimo de establecer límites y violar esa ventaja de flexibilización que aporta el aprendizaje en línea.

En segundo lugar es importante contemplar la metodología del curso. Este curso me ha guiado realmente por una experiencia del aprendizaje social y el compartir el conocimiento. Sin embargo, he experimentado una gran frustración que se ha degenerado en un sentimiento opresor y de desasosiego (overwhelming) frente a la abundancia de recursos e información. Por un lado está la lectura y exploración de los 6 – 8 recursos sugeridos, todos muy importantes e interesantes sin lugar a duda, pero pesados y extensos para abordar en una sola semana. Adicionalmente, esta la exploración de los recursos que el propio integrante debe buscar para ir contestando sus propias inquietudes e interrogantes. El leer en computador, para mí, no es fácil y resulta ser una tarea extenuante. Aun cuando poseemos herramientas útiles como Diigo que nos permite ir subrayando, haciendo anotaciones al margen, etc. no me resulta tan sencillo volver a esas anotaciones y recobrar el hilo de lo que venía leyendo la noche anterior. Adicionalmente a los recursos sugeridos por el docente, están aquellos que los integrantes del curso sugieren y que en algún momento intente leer para tener una opinión informada de lo que estaban leyendo. Resultó imposible seguir el ritmo de artículos sugeridos y, siendo sincera, renuncie a hacerlo dado que terminé atrasándome en mis actividades. Ante este maremágnum de información lo único que se puede hacer es tratar de ser selectiva y tratar de vislumbrar lo que más o menos se acerca a mis intereses.

Por otra parte, está el publicar semanalmente una reflexión argumentada frente a estos recursos. Si bien es un ejercicio muy útil, resulta una labor muy ardua. ¿Por qué resulta difícil? Por una parte hasta hace muy poco se comenzó a fomentar el escribir; por lo tanto, no me siento preparada para escribir y mucho menos para dar a conocer y someter mis pensamientos al escarnio público. Las pocas experiencias que he tenido escribiendo han sido frustrantes y han dejado una marca de desagrado ante esta actividad. (¿Será que existe en el mercado un curso que le enseñe a escribir o se nace escribiendo bien?) Sea como sea, el tratar de demostrar el grado de apropiación del material sugerido de forma estructura y comprensible es difícil. Para mí, debería existir una lectura previa de un agente externo de los documentos producidos antes de darse a conocer, por lo menos para valorar la coherencia y cohesión del texto. ¿No sería adecuado implementar la metodología de par académico para estos cortos, pero sustanciosos, artículos?

Finalmente, está el comentar los diferentes artículos producidos por los integrantes del curso. De nuevo enfrento impotencia frente a la cantidad de información producida (y sólo somos 20?) semanalmente, respeto y temor por los argumentos presentados. ¿Qué tan informada estoy frente a lo que mis compañeros están publicando? ¿Qué tan inteligente sonará mi comentario frente a lo que él/la ya leyó y se informó para escribir dicho comentario? Si bien he aprendido muchísimo de sus aportes semanales, me he divertido y reflexionado leyendo sus argumentos y compartido su opiniones y preocupaciones, aún no me siento con autoridad para comentarlos.

Si bien entiendo el propósito de la metodología utilizada nuevamente me pregunto, ¿cómo se puede lograr un ritmo de trabajo ante tanta actividad semanal?, ¿Qué tanto espera el tutor – finalmente soy un estudiante – que logre realizar durante la semana? Pero más importante aún es ¿qué tanto realmente estoy aprendiendo? O ¿Será que solamente estoy acumulando información exponencialmente, como lo plantea Brey en la Sociedad de la Ignorancia? Supongo que deberé esperar a que termine este curso para realmente evaluar qué tanto aprendí, qué tanto puedo implementar en mi practica docente o si solamente soy una analfabeta funcional. ¿Por qué hasta el final? Porque el tren de actividades que se sucedieron, se sucede y están por suceder no parará sino hasta que deba.

Finalmente, el aprendiz. ¿Cuánto tiempo esta un estudiante realmente dispuesto a estudiar de forma independiente? Un estudiante me comentaba que le era difícil encontrar un ritmo de trabajo frente a una serie de actividades propias de su estudio que ve más urgentes. ¿Urgentes? Sí, porque son presenciales y debe rendir cuenta de ellas a la hora siguiente, al día siguiente, a la semana siguiente, y como el curso no le exige realmente una presentación de sus labores frente al tiempo, se “deja colgar” en las actividades propuestas. ¿Cuántos de nosotros no nos hemos visto también en esta disyuntiva? Si bien me he propuesto dedicar todas las noches al menos dos horas para la lectura y el trabajo de la maestría, me he encontrado en algunas ocasiones frente a tareas laborales o familiares que no dan espera. El ritmo propio de la vida diaria, lamentablemente, atropella y es nocivo para este tipo de formación en donde no hay realmente quién lo fuerce a seguir adelante, a leer más, a participar más. No existe sino unas fechas, muchas veces flexibles debido al tipo de curso o imaginarias, que marcan un final, pues lamentablemente en la educación formal todo debe tener un final.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Uso de la tecnología como apoyo al aprendizaje

En el poco tiempo que llevo experimentando con las TIC como herramientas que apoyan los procesos de aprendizaje y enseñanza tanto en clases presenciales como en clases hibridas se ha hecho evidente que los medios, por si solos, no mejoran la enseñanza o el aprendizaje. El docente debe tener muy claro qué medios tecnológicos deberá utilizar, cuál será su funcionalidad, cómo los adaptará, cómo los introducirá, cómo apoyará los diferentes procesos, etc. Así como lo expresa González (2000), (citado por Fandos (2003:116)) “las funciones que pueden desempeñar los medios en una situación didáctica pueden concretarse en su capacidad innovadora, motivadora, estructuradora de la realidad, formativa y solicitadora y operativa”. A la luz de los objetivos, el docente debe definir qué medios utilizar y cómo incorporarlos a la enseñanza.

Siguiendo las ideas de Romero (2002) sobre la incorporación del ordenador en el aula, he organizado la implementación de varios de los medios tecnológicos en un curso hibrido que dirijo en este momento.

Concepción del medio educativo Destinatario Uso educativo
LMS Estudiantes Acceso flexible a la información y fácil transporte de datos
Canales de comunicación
Tiempo y esfuerzo en la realización de los trabajos
Docente Gran capacidad de tratamiento y almacenamiento de la información
Canales de comunicación
Interactividad y automatización de tares
Salas virtuales y software de mensajería instantánea (Skype, MSN Messanger, etc) Estudiantes Canales de comunicación
Canales de socialización
Docente Canales de comunicación
Canales de realimentación
Programa para grabar y editar sonido Estudiantes Canales de comunicación
Docente Canales de realimentación
Plataforma para ver y compartir videos, fotos (youtube, you send it, etc) Estudiantes Acceso flexible a la información y fácil transporte de datos
Canales de comunicación
Tiempo y esfuerzo en la realización de los trabajos
Docente Gran capacidad de tratamiento y almacenamiento de la información
Canales de comunicación
Interactividad y automatización de tares


Los medios de enseñanza seleccionados deben variar conforme con el modelo de enseñanza seleccionado. Si el docente tiene como objetivo proveer ejercitación y práctica, por ejemplo, los ejercicios prácticos que se encuentran en grandes cantidades en internet es probablemente el medio tecnológico que utilizará. Estos permitirán adiestrar al estudiante en los contenidos vistos y reforzará aquellos contenidos que se deseen. Teniendo en cuenta la organización de la clase un video bean, por ejemplo, es más adecuado para clases numerosas, mientras que en clases más reducidas puede utilizarse el ordenador. Atendiendo la pertinencia de los objetivos didácticos planteados, los medios empleados para reunir y organizar hechos serán muy diferentes a los utilizados para identificar problemas y desarrollar soluciones. Estos objetivos didácticos influirán por consiguiente con la actividad a desarrollar. Es decir, que para cumplir el primer objetivo muy seguramente el estudiante deberá consultar la información requerida en red, base de datos, etc. y organizarla en un mapa mental empleando software organizacional como mind manager.

¿El potencial de disrupción de la tecnología es aprovechado? ¿Su uso impacta de alguna manera las estructuras y relaciones de poder en el aula? ¿Se podría hacer más? ¿Tendría sentido hacerlo?

Si bien son muchas los medios tecnológicos que se pueden emplear con un propósito pedagógico, su introducción en las aulas ha sido lenta. ¿Por qué? Desde mi punto de vista, son varias las razones. En primer lugar, el uso de las diferentes herramientas está directamente ligado a la capacidad del docente en usarlas. El aprender a manejar nuevas herramientas tecnológicas requiere de disciplina y de querer trabajar en procesos virtuales. Lo que he podido observar en algunos de mis compañeros es que aun no logran adaptarse e integrarse a pesar del esfuerzo de la institución por proveer entrenamiento en diferentes medios tecnológicos. Por un lado, el aprender a hacer les toma tiempo y esfuerzo que muchos no pueden ofrecer debido a las diferentes ocupaciones que tienen. Muchos, por otra parte, se quejan de que los procesos de planificación, diseño, evaluación y realimentación son más largos, copiosos y complicados, y son un esfuerzo que la mayoría de sus estudiantes no valora o accesa.

Desde mi punto de, los medios tecnológicos se han, principalmente, utilizado por los docentes como herramientas de almacenaje y reposición de información y de práctica y refuerzo y no han tenido mayor protagonismo en los salones de clase. Si, por el contrario, han influido grandemente las relaciones y las estructuras en los cursos híbridos o virtuales, permitiendo enriquecer los procesos de enseñanza-aprendizaje propios de estos contextos. El no hacer esfuerzos por fomentar los medios tecnológicos mediados por estrategias pedagógicas fuertes seria incrementar el analfabetismo tecnológico y no llegar si quiera a la barrera de lo que Brey, Innerarity y Mayos (2009) llaman los analfabetos funcionales.

lunes, 19 de octubre de 2009

Rúbricas

Las rúbricas son, sin duda alguna, una de las herramientas educativas que más beneficios aporta a sus usuarios. En primer lugar, permite al docente tener una aproximación del desempeño cualitativo y cuantitativo de sus estudiantes y facilita la realimentación. En segundo lugar, permite al estudiante identificar los parámetros por los cuales será evaluado, evidenciar su desarrollo (dentro de unos parámetros establecidos por el docente, el programa, la institución académica, etc.) y promover el auto aprendizaje. En tercer lugar, promueve el aprendizaje colaborativo entre pares. Sin embargo, creo que uno de los grandes problemas de las rubricas es que tienden a encasillar a un estudiante dentro de unos estándares prefijados y preestablecidos, que en algunos casos no contempla el verdadero desarrollo y complejidad de los individuos que se están evaluando. De cualquier forma, son mucho más sus ventajas que sus desventajas.

Leyendo detenidamente los diferentes criterios de la rúbrica para este curso, me temo que en este momento me siento en un nivel inicial en todos los aspectos que ésta evalúa. Evidentemente, un estado al que desearía llegar es al adelantado. Sin embargo, el desarrollar las habilidades de escritura, por un lado, y el de profundizar en los conocimientos para poder aportar y construir nuevos significados son dos metas que veo aun lejanas. Para mí, el desarrollo de las competencias de escritura es un proceso complejo y toma tiempo y, a pesar de llevar ya un tiempo escribiendo formalmente, siento que aun soy muy caótica en mis ensayos. La rúbrica abarca, sin embargo, varios de los procesos que debería -al menos- encaminar a los participantes del curso al desarrollo de lectores críticos. Va desde la recolección de información, descripción, análisis, interpretación y evaluación de recursos hasta la construcción de conocimiento con pares. Es una rúbrica que sin duda alguna es pertinente para los objetivos del curso.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Primeras entrevistas

Al entrevistar a un par de mis estudiantes, el uso del internet es sin duda una de las herramientas esenciales para y en la vida de hoy. Esta herramienta trae consigo algunos beneficios así como algunas desventajas. El primero de ellos es la posibilidad de acceso al conocimiento, acceso que cada vez es mayor e ilimitado. Ya no se requiere ir a la biblioteca. El internet les facilita el acceso a diversas fuentes especializadas en video y formato escrito como google académico o youtube, en donde encuentran todo tipo de explicaciones (“muchas veces más sencillas y más divertidas que las que recibimos en clase”). Al preguntarles por la veracidad de la información me respondieron que ellos no buscan en toda la red sino en aquellos sitios, como los mencionados, que sus profesores les han recomendado. Admiten que el exceso de información es abrumador y a veces es difícil determinar las mejores fuentes para su investigación. Para mi es evidente que para nuestros estudiantes el estar en clase no es necesariamente divertido ni ameno y que de pronto nuestra aproximación metodológica no es la mejor para el tipo de estudiantes que tenemos. Margaret Mead (citada por Krauskopf, D) “planteaba que la transmisión tradicional era eficiente cuando el pasado de los abuelos era el futuro de los niños. Hoy ya ni puede serlo el pasado de los padres”. Los adultos debemos adaptarnos a los progresos científicos y tecnológicos de una manera rápida y constante y debemos enseñar a nuestros alumnos mantener el ritmos de estos avances.
Otro punto que se mencionó en la conversación fue el relacionado con la comunicación. Desde su punto de vista, el internet ha facilitado los procesos de comunicación en términos de distancia y costos. Al preguntarles que tipo de comunicación sostenían en internet y con quien, no dejo de sorprenderme el hecho de que en casa se cambio el teléfono por el chat y los correos de texto. ¿Sera que nos estamos moviendo de ser una sociedad oral a ser una sociedad textual? En cuanto a con quienes hablan su respuesta fue su círculo de amigos del colegio y la universidad con el fin saludarse, realizar sus tareas o seguir con aquellas conversaciones que han quedado inconclusas durante el día. Estas actividades comunicativas se fortalecen a través de ambientes como facebook, en donde hasta se organizan fiestas y reuniones. Si bien reconocen que estos espacios unen y fortalecen los lazos de amistad, no niegan que hay personas inescrupulosas que pueden hacerles daño mediante el uso indebido de la información que allí se deposita. Adicionalmente, advierten que es a través de estas redes sociales que los acosadores sexuales y abusadores de infantes contactan a sus víctimas y recomiendan a los padres tener cuidado con estos sitios.
Finalmente, están conscientes de la brecha tecnológica que existe en países en vía de desarrollo como el nuestro. Mencionan que la tecnología existente no es suficiente para la población. Por otra parte advierten que la tecnología que manejamos en este país está muy atrasada en relación con países como los Estados Unidos y algunos países europeos. Al preguntarles como solucionarían esta diferencia proponen la alfabetización en herramientas como el internet. Si puede ser un poco ingenua la respuesta, el problema que enfrentamos todos es ¿Cómo capacitar a toda población en herramientas tecnológicas para que la brecha se vaya cerrando y la inclusión de sectores menos favorecidos se dé más rápidamente?


Krauskopf, Dina (2003). PARTICIPACIÓN SOCIAL Y DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA. Fondo de Población de las Naciones Unidas. Tomado el 1 de octubre de 2009 de http://intranet.injuv.gob.cl/cedoc/Coleccion%20Participacion%20Politica/Documento_No_16%20Participacion%20social%20adolescente%202003.pdf

Cuestionamiento

Después de leer a Downes, me quedan las siguientes preguntas que espero poder resolver con el fin de implementarlas en mi practica.

1.Interacción y conferencia en línea. Un problema común que se encuentra un docente en clase de inglés es el que algunos estudiantes no participan mucho aun cuando se le solicite hacerlo. Algunos dicen no tener nada que decir; otros dicen que no pueden hablar porque cometerán muchos errores; otros aluden a que sus compañeros se burlaran al oírle hablar. Y de este tipo de explicaciones hay muchas más. Si bien en la presencialidad se logra establecer una buena atmosfera en al que los estudiantes se sienten cómodos para participar, ¿qué rol debe desempeñar el docente en una conferencia en línea con el fin de estimular y fortalecer las competencias comunicativas de los estudiantes y ayudar a reducir el temor a participar en una conversación en línea?
2.Ambientes Personales de Aprendizaje. ¿Cómo pasar de cursos que se encuentran centrados en el aprendizaje basado en competencias a cursos de aprendizaje basado en las necesidades de los individuos? ¿Hasta qué medida se puede asegurar que un estudiante alcanzará las metas propuestas por el curso?
3.Recursos de aprendizaje ¿cómo emigrar hacia un el estudio de contenidos planteados por el currículo al estudio de contenidos determinados por el estudiante?
4.Independencia de tiempo. En esta modalidad es común recibir estudiantes en cualquier momento; sin embargo, siempre hay limitaciones debido a los tiempos ofrecidos por los calendarios académicos, ¿es viable contemplar cursos que no estén enmarcados en el tiempo sin que ello afecte el proceso regular de los demás estudiantes?

martes, 29 de septiembre de 2009

Reflexiones Primera Semana

Las Tics en el aula de inglés: La transición de la clase tradicional al aprendizaje en línea.

Si bien el uso de las TICS no es un tema novedoso en la enseñanza de una segunda lengua, la transición que se ha dado de un ambiente de aprendizaje tradicional a uno mediado por TICs ha demostrado ser una tarea desafiante. La población estudiantil que aprende una segunda lengua en un ambiente de aprendizaje en línea, a pesar de las grandes diferencias entre ellos, presenta algunos rasgos comunes: enorme desigualdad en el conocimiento de uso de TICs, desigualdad en los niveles de competencia de la segunda lengua, bajo desarrollo de estrategias de aprendizaje autónomo de los alumnos y alto porcentaje de abandono escolar. Los retos, por tanto, son impresionantes: lograr que todos los alumnos estudien de forma autónoma durante el periodo académico, mejorar la calidad educativa, mejorar las competencias comunicativas en la segunda lengua, alfabetizar en TICs a toda la población y conseguir que el conjunto de la comunidad académica se comprometa con la acción educadora.

Los cursos de inglés en el Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras ha vivido diferentes etapas en su proceso de virtualización con el fin de fomentar la adquisición del conocimiento a través de actividades auto dirigidas facilitadas por un instructor, donde se incluyen, además, elementos tales como la colaboración, la solución de problemas, la exploración, el pensamiento crítico, y la construcción de conocimiento.

El diseño de ambientes de aprendizaje virtuales para el aprendizaje de inglés en el Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras responde a las «buenas prácticas» de la educación a distancia con utilización intensiva de tecnologías de la información y la comunicación, tutorías proactivas, diseño didáctico de los materiales y utilización de recursos didácticos no convencionales.

Si bien es cierto que los niveles que se ofrece en la modalidad en línea cumplen, en gran parte con las características de la educación tradicional, en términos de estar basado en un currículo fijo, cumplimiento de objetivos y direccionamiento por parte del profesor, estos cursos se han ido moviendo en torno a ambientes más humanistas y modernos. El ambiente de aprendizaje busca que el estudiante sea quien determine, según sus propios intereses, su proceso de aprendizaje; adicionalmente, el ambiente de aprendizaje fomenta la interacción con la materia y los demás integrantes del curso (asesor y estudiantes) y la construcción de ambientes propios de aprendizaje.

Con este fin, las TICs han jugado diversos papeles en esta transición.

a) Las Tics como auxiliares didácticos. Internet se convierte en una inmensa fuente de información que proporciona imágenes y textos sobre absolutamente cualquier tema, con los que se puede organizar una clase que se adapte a las aficiones, intereses y capacidades de los alumnos. Son cientos los recursos y materiales que se ocupan de las técnicas y métodos de enseñanza y aprendizaje para una segunda lengua. Los recursos aquí disponibles no solo satisfacen las necesidades de los usuarios en términos de conocimiento sino también en términos de estilos de aprendizaje.
b) Las Tics como ámbitos de estudio. Actualmente, estamos asistiendo a una proliferación formidable de los medios tecnológicos a nuestra disposición: no sólo la prensa, la radio, el vídeo o la televisión, sino también los ordenadores y todo lo que estos traen aparejado. El uso de herramientas como movie maker y audacity permiten integrar y estimular la producción oral de los estudiantes de forma asincrónica. El uso de salas virtuales como Adobe connect permite estimular la participación de los estudiantes en forma sincrónica.
c) Las Tics como técnicas de trabajo. Apoyo para explicaciones: imágenes visuales, gráficos, presentaciones, grabaciones audiovisuales, etc., búsqueda de materiales para su propia formación; Contactar con otros compañeros para compartir experiencias, aclarar dudas, etc,

Si bien las TICs se han empleado de diferentes formas para mejorar los procesos de enseñanza – aprendizaje que los estudiantes enfrentan en este tipo de ambientes, es necesario seguir investigando y aprendiendo sobre:
1. Interacción y conferencia en línea. En el aprendizaje de una segunda lengua, la interacción con el otro es mucho más evidente en la medida en que solo comunicándome recibo realimentación y reafirmación de lo comunicado con el fin de avanzar en mi conocimiento y fortalecimiento de mis competencias comunicativas de la segunda lengua.
2. Ambientes Personales de Aprendizaje. Como ya lo plantee, en este momento la virtualización de los cursos se encuentran centrados en el aprendizaje basado en competencias. Es necesario pasar al aprendizaje basado en las necesidades de los individuos, creando en comunidad.
3. Recursos de aprendizaje como los plantea Downes ‘autoria, edición y consumo de contenidos multimedia’ para pasar del estudio de contenidos planteados por el currículo al estudio de contenidos determinados por el estudiante.
4. Independencia de tiempo. En esta modalidad es común recibir estudiantes en cualquier momento; sin embargo, siempre hay limitaciones debido a los tiempos ofrecidos por los calendarios académicos. Debe ofrecerse el poder comenzar en cualquier momento y terminar en cualquier momento sin que ello afecte el proceso regular de los demás estudiantes.
5. Comunidades basadas en intereses y Comunidades de Aprendizaje.
6. La divergencia entre aprendizaje y evaluación: Los cursos al estar inmersos en un sistema educativo oficial requieren de la valoración constante de sus estudiantes. La inclusión de diferentes tipos de evaluación como formativa y sumativas, individual, de pares y de expertos es necesaria para lograr una reconciliación entre el aprendizaje y la evaluación.